El pasado martes, 19 de abril, Cugat.cat publicó un artículo sobre la afectación -en términos psicológicos- de las redes sociales entre los niños y adolescentes. Para conocer el detalle de las citadas repercusiones entrevistó a José Llorca, educador social del Centro de Salud Mental Infanto Juvenil (CSMIJ) de Rambla y Sant Cugat.

Ciertamente la aceleración digital ha supuesto que cada vez sea más frecuente que los niños tengan un dispositivo inteligente y que, en consecuencia, sean usuarios en las redes sociales en edades tempranas. En este sentido, Llorca detalló que "La edad para poder colgar contenido en las redes sociales debería ser hacia los 16 años, puesto que es cuando se tiene suficiente criterio y educación sobre lo que comporta el uso de estas aplicaciones" .

En el transcurso de la entrevista también se refirió a la afectación negativa que conllevan a menudo determinados contenidos que fomentan un determinado estilo de vida o físicos exageradamente esculturales. En cuanto al rol de las familias, mencionó la conveniencia de que éstas proporcionen herramientas a los jóvenes para saber gestionar adecuadamente las redes sociales así como la necesidad de “pautar” las horas de pantalla para hacer uso saludable.

Por último, a modo de clausura, el experto mencionó que en determinadas circunstancias "son beneficiosas porque nos acercan a la gente en un contexto donde el mundo es globalizado" y también enfatizó sobre la importancia del papel de las escuelas y las familias en la formación de los niños sobre los usos correctos de las redes sociales.