
La inmunoterapia, una opción de futuro en el tratamiento de cáncer
Este tratamiento actúa estimulando el propio sistema inmunitario del organismo
A diferencia de los tratamientos clásicos contra el cáncer, como la quimioterapia, que se centraban en atacar directamente al tumor, la inmunoterapia actúa estimulando el propio sistema inmunitario del organismo, para que sea éste el que ataque la enfermedad.
Este concepto de estimular el sistema immulògic contra el cáncer ya había surgido el siglo XIX de la mano del Dr. William Coley, que utilizaba diferentes derivados de bacterias o toxinas para tratar pacientes con la enfermedad. El siglo XX, a partir de la década de los 70, se intentaron desarrollar otros tratamientos inmunológicos, con una eficacia limitada y algunos de ellos con una preparación dificultosa o con efectos secundarios importantes. Hay que remontarse a finales de siglo XX cuando los trabajos de los Doctores Allison y Honjo permitieron conocer los mecanismos por los que los tumores son capaces de frenar la respuesta inmunitaria y pasar "desapercibidos" para poder crecer libremente. Estos dos investigadores recibieron como reconocimiento el premio Nobel de Medicina 2018, ya que gracias a sus descubrimientos se han podido desarrollar diferentes anticuerpos que son capaces de bloquear estas vías por las que los tumores escapan del sistema inmunitario, y por tanto , restaurar la respuesta contra el cáncer.
Esta estrategia de tratamiento ha representado una revolución en el campo de la oncología, y los últimos años se han incorporado al arsenal terapéutico varios tratamientos para múltiples tipos de tumores, como el melanoma, el cáncer de pulmón, de riñón, de vejiga, de cabeza y cuello y algunos linfomas, entre otros. Son tratamientos que se administran por vía endovenosa, por regla general cada 2, 3 o 4 semanas. Su incorporación fue primeramente por pacientes para los que ya no funcionaba la quimioterapia, pero en la actualidad, se están utilizando antes en la estrategia de tratamiento contra el cáncer y en algunos casos ya representan la primera línea de batalla, como en algunos tipos de cáncer de pulmón.
¿Cómo funciona? y, ¿cuál es el futuro?
Un hecho muy característico de la inmunoterapia es que los pacientes que responden al tratamiento, lo pueden hacer durante mucho tiempo, y en algunos casos, durante años. Sin embargo, hoy en día no tenemos unos indicadores claros que nos permitan seleccionar los pacientes que podrán responder o no al tratamiento y hay una proporción importante de pacientes que no responden, o que responden por poco tiempo. Es por ello que muchos de los esfuerzos en investigación se están centrando en la combinación de agentes inmunoterapéutica con otros fármacos como quimioterápicos u otros tratamientos biológicos, para intentar aumentar la eficacia. Una ventaja muy importante que tienen sobre la quimioterapia clásica, es que suelen tener mejor tolerancia. Sin embargo, una pequeña proporción de pacientes pueden desarrollar efectos secundarios relacionados con una excesiva activación del sistema inmunitario y pueden sufrir cuadros como diarreas, reacciones cutáneas, dolores articulares, hipotiroidismo u otros.
Existen también otras formas de inmunoterapia en desarrollo, como las vacunas antitumorales, que esperamos que en un futuro no muy lejano se puedan incorporar también en la lucha diaria contra el cáncer.